Andrés de Vandelvira (Alcaráz 1505-Jaén 1575) y su esposa Luisa de Luna (¿-Úbeda 1568) son los auténticos protagonistas de la novela, estando presentes en todas sus páginas a pesar de haber fallecido muchos años antes del año 1595 en el que transcurre la narración de su hijo Alonso.
Andrés de Vandelvira está considerado como uno de los mejores arquitectos del renacimiento español. Inició su formación junto al maestro Francisco de Luna, padre de la que pronto sería su amada esposa.
Andrés de Vandelvira gustaba de dejar mensajes o claves ocultas en sus edificios, algunas evidentes como la de su famosa firma arquitectónica, tal y como nos la explica Alonso:
No es ningún secreto, y mi amigo Pedro puede atestiguarlo, que mi padre, Andrés de Vandelvira, gustaba de labrar las columnas estriadas con los bastones del tercio inferior a diferente altura. Este pequeño gesto arquitectónico era personal y solo él lo utilizaba. Era algo así como su firma en piedra y en esta portada es la primera vez que la emplea. Si tú veías una columna así podías pensar sin equivocarte: este elemento arquitectónico o este edificio ha sido trazado por Andrés de Vandelvira.
A través de la investigación que Alonso lleva a cabo junto a su hijo Juan, nieto de Andrés y Luisa, llegan a conocer, y a mostrarnos a todos nosotros, no solo los secretos más ocultos de los principales edificios del genial arquitecto, sino los sentimientos más íntimos que quiso, o mejor habría que decir quisieron, dejar reflejados en esos mismos edificios.
En este video y esta página web podrás ver alguna de las pistas que nos dejaron.