A finales del año 2007 recibí en mi estudio sevillano un voluminoso sobre a través de una agencia de mensajería, en el que como remitente aparecían únicamente las siglas ADV. El sobre contenía un manuscrito sin encuadernar, en tamaño folio, de apariencia antigua aunque bastante bien conservado, dentro de un portafolios cuidadosamente cerrado con dos cintas atadas mediante sendos lazos. El sobre también incluía un folio suelto, moderno, en formato A4, plegado por su mitad, en el que con grandes letras mayúsculas escritas con bolígrafo azul se podía leer este rotundo mensaje: «HA LLEGADO LA HORA». Su aspecto, en cambio, era el de haber sido escrito ese mismo día. Traté de averiguar algo sobre el remitente llamando a la empresa de mensajería, aunque nadie supo darme ningún dato o razón del mismo, salvo que la persona que entregó el sobre en una agencia de la propia ciudad de Sevilla dijo ser empleado de una empresa llamada ADV y tenía acento sudamericano. Consultadas las páginas amarillas, los datos de la empresa aportados (nombre, dirección y teléfono de contacto) resultaron ser falsos, no existiendo empresa o persona alguna que respondiera a los mismos; incluso llegué a personarme en la dirección indicada en el sobre en un último intento de confirmar la autenticidad del remitente, pero esa dirección no correspondía con ninguna empresa con tal nombre.
Cuál fue mi sorpresa al abrir y hojear el manuscrito y constatar lo que aparentemente parecía ser: un relato autógrafo del propio Alonso de Vandelvira, narrando unos hechos sorprendentes vividos por él mismo, acaecidos a finales del año 1595. La comprensión del texto era difícil en algunos momentos; el lenguaje, algo enrevesado y confuso casi siempre; la letra, sin embargo, elegante y de fácil lectura. Su título estaba en latín, SOMNIVM IACOB aunque era fácilmente traducible: El Sueño de Jacob.
Hojeando el manuscrito, se podía observar que incluía abundantes dibujos (más de 270), no insertos en el texto, sino como páginas sueltas intercaladas, lo que hacía pensar que pudiera tratarse de los dibujos originales que se citan en el manuscrito, realizados tanto por la propia mano de Alonso como de la su hijo Juan, coprotagonista de la narración. Los dibujos estaban realizados a plumilla. Diseminados por toda la página web puedes ver reproducidos algunos de ellos.
Aquí puedes saber algo más de su autor y de los dibujos del manuscrito.

